Durante mucho tiempo pensamos que el éxito, ya fuera en el humor, en los negocios o en la vida, dependía de tener un plan perfecto, una estrategia impecable y la imagen más cuidada posible. Creíamos que bastaba con talento y trabajo duro para destacar. Pero cuanto más escuchamos a personas como Santi Rodríguez, más entendemos que lo que realmente conecta y perdura no es solo lo que haces… sino quién eres mientras lo haces.
En este nuevo post de los gemelos de Mentwin, te traemos las reflexiones de Santi Rodríguez, un artista que ha hecho del humor su profesión, pero también su filosofía de vida. A través de su experiencia descubrimos cómo encontrar tu propósito (Ikigai), por qué cuidar a tu público o a tus clientes es una inversión que siempre vuelve, qué significa enfrentar la falta de ilusión en tu entorno y cómo gestionar la fama sin dejar que el ego tome el control.
Prepárate para inspirarte, reflexionar y llevarte ideas aplicables a cualquier ámbito: desde tu trabajo hasta tu vida personal, siempre con una dosis de autenticidad, respeto y optimismo.
Qué es el Ikigai: encuentra tu pasión
El Ikigai es un concepto japonés que significa literalmente “razón de ser” o “motivo para levantarse cada mañana”. Santi lo entiende como ese punto en el que confluyen lo que amas, lo que sabes hacer bien, lo que el mundo necesita y por lo que pueden pagarte.
En su caso, el humor ha sido ese hilo conductor, pero insiste en que no se trata solo de un trabajo: es algo que le llena, le mueve y le da sentido a su vida.
«Cuando encuentras tu Ikigai, todo se ordena. No es que no haya problemas, es que tienes claro por qué vale la pena seguir.»
Ejercicio práctico: haz cuatro columnas:
- Lo que amas.
- Lo que se te da bien.
- Lo que la gente necesita.
- Lo que puedes ofrecer como valor.
Busca dónde coinciden las respuestas: ahí puede estar tu Ikigai.
La clave para triunfar (en el humor y en los negocios)
Aunque Santi es artista, su filosofía se podría aplicar a cualquier profesión: cuidar al público como si fueran tus mejores clientes. En su mundo, eso significa respeto absoluto: llegar puntual, dar el máximo en cada actuación, escuchar lo que la gente necesita y no decepcionar.
“Si alguien paga una entrada, te está regalando algo más que dinero: te está regalando su tiempo y su confianza.”
En los negocios pasa lo mismo: un cliente satisfecho no solo vuelve, sino que te recomienda. Y ese respeto no se improvisa, se construye con coherencia y constancia.
Mini consejo aplicable: da siempre un poco más de lo que esperan. Esa diferencia es la que hace que la gente recuerde tu nombre.
Jaén adolece de ilusión: los jiennenses no tienen ilusión y tienen mentalidad mediocre
Aquí Santi es directo: ve en su tierra una falta de ambición que le duele. No lo dice para criticar por criticar, sino porque sabe que el potencial está ahí y que lo único que falta es creer un poco más en las propias capacidades.
Habla de una mentalidad conformista, de esperar que las cosas cambien solas, cuando en realidad el cambio empieza por uno mismo. “No podemos quejarnos de que no vienen oportunidades si nosotros no salimos a buscarlas”, comenta.
Reflexión para el lector: piensa si en tu entorno (o en ti mismo) hay esa tendencia a la queja sin acción. Y si la hay, prueba a dar un paso, aunque sea pequeño, para mover algo que te importe.
Cómo gestionar la fama y callar al ego
La fama puede ser un arma de doble filo. Santi reconoce que es fácil dejarse llevar por el aplauso y empezar a creerse que eres más importante que los demás. Pero para él, la clave está en recordar siempre de dónde vienes y quién eres fuera de los focos.
El ego, dice, es como un animal hambriento: si lo alimentas demasiado, se descontrola. Por eso valora rodearse de personas que le dicen la verdad, que no le tratan como una estrella, sino como un amigo o familiar más.
“Cuando la fama se te sube a la cabeza, dejas de aprender. Y el día que dejas de aprender, empiezas a perder.”
Ejercicio práctico: busca cada semana un momento para hacer algo anónimo, sin esperar reconocimiento: ayudar a alguien, aportar valor, escuchar. Te recordará que tu valor no depende de un aplauso.
Las palabras de Santi Rodríguez, aunque nacen de su experiencia en el mundo del humor, trascienden cualquier escenario. Encontrar tu Ikigai es aprender a moverte cada día con intención; cuidar a tu público o a tus clientes es una forma de respeto que se devuelve multiplicada; reconocer las carencias de tu entorno es el primer paso para transformarlo; y convivir con el éxito sin dejar que el ego te domine es una lección que vale para la fama… y para la vida en general.
En el fondo, todas estas ideas se entrelazan en un mismo mensaje:
vive con un propósito claro, trata a los demás con respeto, mantén la ilusión y nunca dejes que tu éxito te haga olvidar quién eres.
Porque el verdadero triunfo no es solo llegar, sino llegar siendo fiel a ti mismo.
Si te ha resonado todo esto, si te ves reflejado en alguna parte de este post…
Entonces tienes que escuchar alguno de nuestros programas de “Emprende Sin Atajos”.
Te dejamos algunos episodios aquí abajo:
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