Cómo relacionarse con instituciones públicas para crecer tu negocio sin gastar 1€

Bienvenido a un nuevo post de los gemelos de Mentwin. Hoy vamos a hablar de algo que muchos emprendedores ignoran… y no deberían: las relaciones institucionales.

No, no vamos a hablar de enchufes ni de trámites eternos. Vamos a hablar de una herramienta poderosa, estratégica y muchas veces invisible: saber moverse en el ecosistema institucional para hacer crecer tu proyecto.
Y no solo eso. También vamos a compartir contigo cómo usar la comunicación, el marketing y tu historia personal para abrir puertas, ganar visibilidad y construir una marca coherente y humana.

Porque emprender no es solo vender. Es saber conectar, sumar y dejar huella en el entorno donde creces. Y eso —créenos— empieza mucho antes de que vendas tu primer producto.

¿Qué son las relaciones institucionales y por qué importan en el emprendimiento?

Más allá de la burocracia: oportunidades ocultas

Cuando escuchas “instituciones” lo primero que viene a la cabeza suele ser: papeleo, tiempos eternos, o funcionarios que no te atienden. Pero esa es solo una parte de la historia. Hay otra cara —menos conocida— que es la que verdaderamente te interesa como emprendedor: la parte donde las instituciones pueden ser aliadas estratégicas.

Relaciones institucionales no es solo “trabajar con el ayuntamiento”. Es entender que:

  • Casi todos los negocios necesitan permisos, licencias o ubicaciones municipales.
  • Existen espacios, recursos y programas pensados para impulsar el emprendimiento… y muchos no se utilizan.
  • Los gabinetes de prensa institucionales pueden ayudarte a dar visibilidad a tu marca gratis.

El 60% de los negocios dependen (en parte) de lo público

Es un dato. Según nos contaba Juan Antonio Mallenco en la entrevista, el 60% del tejido empresarial tiene algún tipo de vínculo con la administración: desde la cesión de una nave municipal, hasta el acceso a ayudas, convenios o eventos coorganizados.

Y no, no hace falta tener un “enchufe”. Hace falta saber llegar, con actitud, propuesta clara y ganas de sumar.

Cómo crear relaciones institucionales desde cero

Mitos y miedos más comunes

Nosotros también pensábamos que esto era para “empresas grandes”. Que hacía falta tener contactos. Que ibas a perder tiempo.

Error.

La mayoría de instituciones agradecen que haya emprendedores con proyectos con propósito. El problema es que muchos no se atreven ni a presentarse. Y si tú no lo haces, otro lo hará.

Primeros pasos: pedir cita y contar tu proyecto

Hazlo sencillo. Escríbele a tu ayuntamiento, diputación o cualquier entidad relacionada con tu sector. Pide una cita. No para pedir, sino para presentarte. Cuéntales quién eres, qué haces, y cómo tu proyecto puede aportar al territorio.

Eso ya marca una diferencia. Y además, empiezas a construir algo más potente que una ayuda puntual: una relación de largo plazo.

Casos reales: cómo lo hizo Juan Antonio Mallenco

Del desconocimiento a la colaboración con lo público

Juan Antonio Mallenco lo cuenta claro: empezó como muchos, desde cero, sin saber nada del mundo institucional. Pero su actitud de generar valor y su forma de contar los proyectos le abrió puertas donde otros ni se atrevían a tocar.

Ejemplo: cuando trabajaba en Software del Sol y lanzaron la jornada laboral de 4 días, se apoyaron en medios locales y en relaciones institucionales para escalar la noticia a nivel nacional. Resultado: cobertura brutal en televisión, radio y prensa escrita. Todo sin pagar un euro.

Claves que le funcionaron

  • Visibilidad a través de gabinetes institucionales: si invitas a responsables públicos a tu evento, ellos llevan su propio equipo de comunicación.
  • Conexión con fondos europeos: supo unir lo público (cesión de suelo) con inversión privada para crear un hospital.
  • Actitud: en vez de pedir subvenciones, ofrecía colaboración, impacto y valor para el territorio.

Marketing, comunicación y marca: tu carta de presentación ante instituciones y clientes

Cómo contar tu historia para conectar

Aquí es donde muchos emprendedores se pierden. Porque tienen buenas ideas, pero no saben contarlas. Y si no sabes comunicar, es como tener un tesoro escondido sin mapa.

Nuestra experiencia nos dice que cuando cuentas tu historia con verdad, con propósito y sin artificios, conectas. Y esa conexión es la base de cualquier relación de valor, ya sea con una institución o con un cliente.

Diferenciarse con pocos recursos

No necesitas un spot de televisión. Necesitas claridad, coherencia y un mensaje que resuene.

Una frase de Juan Antonio se nos quedó grabada: “Las mejores campañas no son las más caras, son las más coherentes.”
Ejemplo: merchandising con valor histórico, ropa étnica ibérica, campañas ligadas al patrimonio. Diferente, memorable, barato.

El valor de la coherencia en tu propuesta

Si hablas de sostenibilidad y usas plástico en tus envíos, mal.
Si hablas de innovación y no tienes web, peor.

Tu marca es lo que haces cuando nadie te ve. Y si quieres que te apoyen desde instituciones o que te inviten a eventos, tienes que ser coherente con lo que predicas.

Errores, aprendizajes y mentalidad emprendedor

Por qué fallar es necesario

Nosotros también hemos fallado. Juan Antonio lo resume así: “Soy un cúmulo de errores.”
Y no lo dice con vergüenza. Lo dice con orgullo. Porque ha entendido que cada error ha sido una lección.

La clave no es no fallar. La clave es no dejar de moverse cuando fallas.

Flexibilidad, propósito y resiliencia

Juan Antonio pasó de tenerlo todo (empresa, casa, coche, piscina…) a quedarse comiendo sopa. Literal. Pero no se quedó ahí. Se adaptó, se recolocó, aprendió.

Como él, nosotros también hemos tenido que rediseñar nuestros planes más de una vez. Porque la rigidez mata al emprendimiento.

Liderar no es gustar: escuchar para decidir

Sí, está bien escuchar. De hecho, es necesario. Pero liderar implica decidir, aunque no todos estén de acuerdo.

Una empresa no es una democracia. Tiene que haber una dirección clara. Una visión. Una toma de decisiones firme. Y esa responsabilidad, nos guste o no, también es parte de emprender.

Si algo hemos aprendido en este camino emprendedor es que muchas de las claves del éxito no están en los focos, sino en los vínculos que construyes en silencio.

Las relaciones institucionales, tu forma de comunicar, la coherencia de tu marca y la actitud con la que te enfrentas al error… todo eso no se ve en la web ni en la bio de Instagram. Pero sostiene tu negocio desde dentro.

Porque emprender no va solo de tener ideas. Va de sostenerlas. De hacerlas crecer en un entorno real, con personas reales. Y ahí, saber relacionarte, saber contarlo, y saber quién eres, marca la diferencia.

Si te ha resonado todo esto, si te ves reflejado en alguna parte de este post…
Entonces tienes que escuchar alguno de nuestros programas de “Emprende Sin Atajos”.
Ahí hablamos sin filtros con emprendedores reales como tú, que ya están caminando —sin atajos— su propio camino.

Te dejamos algunos episodios aquí abajo.
Elige uno. Y sigue creciendo.